Sopranos.- Cuentan con afinación en Si bemol. Los hay curvos y rectos; es un instrumento difícil para principiantes por lo que no es recomendable para ellos, ya que la embocadura correcta es difícil. Este saxofón es el que tiene el registro más agudo de todos y su forma es muy similar a la del clarinete.
Barítono.- Afinado una octava abajo del alto en Mi bemol. Es muy difícil para un principiante y se batalla para conseguirlo, pero es el más apreciado en jazz. Tiene el registro más grave de todos y su tamaño es el más grande y pesado, por lo que suele tocarse sentado.
Altos.- Están afinados en Mi bemol. Son los más populares y los más adecuados para los principiantes, pues su peso y tamaño los hacen muy manejables. Tienen un registro alto y la distancia entre sus llaves facilita la digitación. Es recomendable incluso para niños de ocho años en adelante.
Otros no tan comunes y más sofisticados son:
Sopranino: Es el más agudo de todos y está en Mi bemol.
Bajo: Está en Si bemol. El tudel de este tipo de saxofón adopta formas algo más retorcidas que los otros.
Saxo melody en Do: Está afinado en Do y tuvo su auge antes de la Segunda Guerra Mundial.
Saxo contrabajo: Afinado en la tonalidad de Mi bemol.
Saxo mezzosoprano: Afinado en la tonalidad de Fa.
Saxo swanee: Este saxo tiene una especie de embolo como la flauta llamado Swanee whistle.
Saxo saxie: Es un instrumento nuevo y simplificado que carece de llaves.
Existen más de 10 tipos de saxofones y aunque depende del grado de profesionalismo y para qué se use el instrumento, los más comunes son el saxofón soprano, alto, tenor y barítono.
Aunque es relativo, casi siempre es recomendable aprende a tocar con el saxofón alto y posteriormente el tenor o el barítono.
Básicamente, la diferencia entre los tipos de saxofones es su sonido, de más agudo a más grave, junto con su tamaño.